Es tarde, lo sé.

Es tarde, lo sé.

Resumen: he pasado mi verano trabajando. 
Nota: hice cuatro ilustraciones (creo). Fueron tan pocas que ya no las recuerdo. 
Evaluación de mi verano: todo es una gran mentira. El teléfono siempre comunica. No han habido suficientes dibujos. Han quedado las ganas.



Desde que empecé el verano he querido hablarte de muchas cosas pero el tiempo que podía dedicar a descansar, lo dedicaba a eso, a descansar. Empezar con la semana más intensa de trabajo que he podido tener. Sin vaselina ni nada. Y salir de la misma forma.
Cada verano el pasado vuelve para clavarme un hacha en la espalda, pero poquito a poco. Que duela. No mi pasado, el de otros, que es peor. Y fantasmas vivos que nadie quiere volver a ver.

Si pintara mis veranos sería de color azul. No por el mar. No porque sea mi segundo (a veces) color favorito. No. Es por lo que el mismo significa. Aunque no es tristeza como yo lo describiría. Más bien un mar de lágrimas.

Te he querido escribir más a menudo pero como ves, he estado ocupada sonándome los mocos y curándome las heridas.

Ah, y me cago en los putos racistas de mierda. Que os reproducís como cucarachas.



Actualización: he empezado el curso. Dolorosamente.
Duración: 8 meses.
En búsqueda de: trabajo o un boleto premiado de lotería.
Estado actual: 2 infecciones de orina en un mes equivalen a que soy una patata pocha.



Me siento perdida, muy perdida. Tras acabar mi contrado de esclavitud (realmente no firmé nada y nunca lo hice) el curso ha empezado como una bala. Con muchas cosas que hacer y yo aún deseando que mis vacaciones empiecen de una vez.

Si pudiera compararme con algún animal, ahora mismo sería un pez fuera del agua.

El año pasado, en concreto en el segundo semestre, me pregunté a mí misma la razón por la que me metí a una Filología (ahora lo llaman Estudios, como si fuera un cursillo meh) y la verdad es que ni si quiera me acorbada.

Casi nadie y todos lo saben y es que mi primera elección nunca fue ni ha sido esta carrera. Yo estaba destinada por propia elección a Estudios Asiáticos, sin embargo me tiraron al saco de patatas que es Estudios Ingleses. Yo me conformé, mi padre no. No me desagrada. Odio la "organización" de esta carrera. Y a algunos profesores que son más que INEPTOS.

Otra cosa de la que me dí cuenta es de que quiero dedicarme al arte y a aprender la parte teórica de lo que ya sé hacer.

El año pasado me propuse hacer cosas nuevas y hice algo (ínfimo a mi parecer). Este año estoy empezando a hacer cosas de verdad. A decir que sí a casi todo, básicamente. Me está llendo bien, más o menos.

Pero estoy perdida.
No en las clases o lo que estemos dando, estoy perdida en mí. Esto lo es lo que quiero hacer, lo tengo claro, pero lo terminaré porque siempre hay que tener un plan Z bajo las axilas (nadie lo vería venir).

Soy de aquellas personas que no entendían a las personas que dejan las cosas a medias (aun siendo yo una emprendedora nata), desde aquel momento en el que me puse a pensar la razón de estudiar esto hasta ahora, me he dado cuenta de que no debería haberles juzgado tan estúpidamente.

Ahora entiendo. Desear hacer otras cosas porque las cosas que haces no te hacen feliz aunque te gusten.

Entre tanto, estoy buscando trabajo. El otro día me presenté a unas prácticas para ser profesora de inglés extraescolar. A ver cómo me va. Y si me cogen. También me he preinscrito en Sueco, aunque con los horarios que tienen y si me cogen en el trabajo, lo deje. Al igual que si me cogen, me apuntaré a Caligrafía Japonesa y ahorraré para una cámara de fotos.

Parece que se acerca tormenta.

Creo que nadie que se haya preparado mentalmente durante al menos la semana anterior a las classes para el nuevo curso puede entender lo que siento. Estoy como en un limbo en el que me estoy tomando un descanso, es decir, haciendo nada e intentando disfrutar todo lo posible del escaso tiempo libre, porque ahora que me he dado cuenta de que esta carrera es sólo una de paso, me lo tomaré todo muy de chills. Para mí todo lo que manden no es una obligación y quiero hacerlo todo a su tiempo sin presiones.

Pero aquí me véis, con dos infecciones de orina en un mes. La vida es bella, o eso dicen los ignorantes.

Trabajo mejor bajo presión, pero bajo la presión que me he autoimpuesto, no la de los demás.

Estoy dejando ir muchas cosas, tanto materiales como aquellos que no lo son y es que me da igual ya. Quiero librarme de sentir el peso de las cosas y dejar que me lleven a nuevas experiencias. Y me estoy vistiendo en escala de grises #bicosYOLO.

Quiero ser libre.

(Imágenes: Pinterest)